Magaly Moro

Amalia (36, Jesús María). Doctora Moro, aunque tengo claro que no soy yo la del problema, igual necesito un consejo, por eso recurro a usted. Últimamente me he sentido muy juzgada por parte de mi familia y amigos. Estoy cerca de cumplir 36 años y sigo soltera y sin hijos. Hace dos años terminé un noviazgo muy largo. Lejos de que mi familia se sintiera feliz por mí, ya que les confesé que fue una relación tóxica, lo único que han hecho desde ese momento es restregarme que se me irá el tren.

Señora Moro, seré sincera, soy una mujer guapa, con buen cuerpo y, además, me considero inteligente. Fuera de eso, me va bien en el trabajo y soy bastante independiente. Contrario a lo que piensan mis parientes, pretendientes no me faltan, el asunto es que tengo las expectativas muy altas.

Mis padres tienen 50 años de casados y mi papá es el hombre perfecto. Es atractivo, respetuoso, trabajador, fiel y siempre ha tratado a mamá como una reina, como si fuera poco, es un próspero abogado, ávido lector y con un gusto musical exquisito. Con un perfil así, es obvio que yo no me fijaré en un pelagatos. Por el momento, disfruto de mi soltería y cada vez que se me acerca alguien, si veo que no me interesa, se lo dijo de frente para que no pierda el tiempo.

El asunto, doctora, es que a veces en las noches me siento triste, porque mis seres queridos me hacen sentir inferior a mis hermanas y primas, solo por no tener una familia. Ayúdeme, no me gustaría embarcarme en una relación solo por esta presión familiar.

Ojo al consejo

Querida Amalia, es normal que te sientas presionada con un entorno como ese. Afortunadamente, los tiempos han cambiado y ya no es obligación que las mujeres formen una familia para sentirse bien. Además, lo único que tú quieres es que llegue una persona con la que te sientas cómoda. Tranquila, no hay nada malo en ti, sino en quienes te rodean. Mucha suerte.Te aconsejo que expreses tu malestar y exijas más respeto. Suerte.