Magaly Moro

Astrid (40 años, San Martín de Porres). Señora Magaly, estoy muy molesta con mi esposo. Es un insensato. Su nombre es Ítalo.

Mi pareja tiene 45 años y en julio recibió su primera dosis contra la COVID-19. Yo lo acompañé al vacunatorio. Ambos estuvimos muy contentos, sobre todo yo. Por fin veíamos una luz de esperanza, luego de vivir más de un año con angustia y temores pensando que en cualquier momento podíamos contagiarnos y morir.

Siempre tuvimos claro que tener la vacunación completa era importante, por lo que acordamos acudir sin falta por la segunda dosis en el día que le correspondía. Sin embargo, a mi esposo se le ocurrió planificar un viaje de trabajo en la fecha que le tocaba completar su inmunización.

Pensé que cuando regresara a Lima inmediatamente iríamos a que lo vacunen, pero no fue así. Me dijo que tenía que viajar de nuevo porque aún no terminaba su trabajo en provincia. Él es comerciante mayorista.

Pasaron dos semanas de su fecha programada y cuando le dije que no podíamos aplazar más su segunda dosis me respondió: “me fui de viaje y no me contagié en el bus, que es un lugar cerrado. Es suficiente con una dosis, mi amor, ya no es necesario la segunda. Me siento seguro y fuerte”.

Mi esposo no quiere recibir la segunda dosis, doctora. Le insisto, pero no logro que cambie de opinión. Temo que mi esposo se contagie y muera por no estar completamente vacunado. ¿Cómo lo convenzo? Ayúdeme, por favor.

Ojo al consejo

Estimada Astrid, entiendo tu fastidio y preocupación. Conversa cuanto antes con tu esposo. Es necesario que reciba su segunda dosis contra la COVID-19. Te aconsejo que saques una cita presencial o virtual con un médico para que este le informe a Ítalo el riesgo que corre de no completar su vacunación. Estoy segura de que luego de escucharlo se vacunará. Mucha suerte.