Magaly Moro

Ana Cecilia (22 años, Los Olivos). Estimada doctora Moro, estoy muy incómoda con Paul, mi enamorado, porque es un hombre necio y problemático. Desde que empezó la carrera electoral, él ha estado siguiendo al señor Acuña y eso no me molesta, respeto su postura política a pesar de que ese señor no sea de mi agrado. Sin embargo, lo que sí me fastidia es que quiera imponer a su candidato.

“No entiendes, Anita, que papi Acuña es la mejor opción. Además, no va a robar porque él ya tiene plata como cancha”, me repite cada vez que sale a la luz el tema de las elecciones. Le he repetido mil veces que no puede estar creyendo en todas las declaraciones que da el representante de Alianza para el Progreso, pero es en vano.

Lo peor de todo, es que no me deja hablar de otros candidatos a la presidencia. Asimismo, quiere que comparta todas las publicaciones que hace ese partido en las redes sociales, si no lo hago, se enoja y empezamos a discutir.

Nunca pensé pelearme con mi enamorado por este tipo de cosas, me parecen ridículas. Paul debería respetar mis opiniones, así como yo respeto las suyas. Además, tampoco es que sea su jefe de prensa, no sé por qué lo defiende tanto.

Necesito que me ayude, ya no sé cómo lidiar con esto. Lo amo mucho, por algo no tenemos 2 años y medio de relación, pero no pienso aguantar este tipo de cosas. Quizás estos problemas terminen el 11 de abril pero si no es así y, por el contrario, empieza a querer controlar mi vida. ¿Qué hago?

Ojo al consejo

Estimada Ana Cecilia, este tema lo pueden solucionar a través de una conversación profunda, en la cual ambos expongan sus ideas y, sobre todo, estén abiertos a escucharse. Debe quedar claro que ninguno de los dos debe limitar o mandar sobre el otro. Son una pareja, pero deben mantener la individualidad. Si ves que el problema continúa, analiza tu relación.