Magaly Moro |

José (28 años, San Juan de Lurigancho). Estimada doctora Magaly, amo a mi novia con todo mi corazón, pero no tolero más la situación que estoy viviendo a raíz del comportamiento de su irritante loro.

“Pepe” es de cabeza roja, que Carla tiene desde hace cinco años en su casa. Me consta que lo quiere mucho y lo mima. A pesar de que tiene una jaula grande, el loro camina a sus anchas por toda la casa, tiene libertad para hacerlo. Además, siempre le sirven choclo, frutas y verduras. Vive como un rey.

Mi novia y yo tenemos un año y medio de relación. A los ocho meses comencé a ir a su casa y fue cuando conocí a su querido “Pepe”. No puedo negar que al principio el loro me pareció simpático. Sin embargo, conforme mis visitas se volvieron más frecuentes, el loro empezó a fastidiarme.

Cada vez que me sentaba en la sala volaba hacia donde me encontraba con el fin de picotearme la cabeza o las manos. Por supuesto que terminaba adolorido por estas agresiones. Y no solo eso, el loro comenzó a hablar. Un día, de un momento a otro, me gritó: “tonto, tonto, sonso, sonso”.

Al parecer el hermano de Carla le ha enseñado esas palabras. Ese loro me tiene harto. Cada vez que visito a mi novia me agrede. Le he dicho a ella que cuando vaya a su casa lo meta a su jaula, pero no me hace caso. Me dice que exagero y que el loro solo está jugando.

Doctora, he pensado en amenazar a Carla con terminar nuestra relación si no toma medidas con respecto a su mascota molestosa. ¿Usted qué opina?

Ojo al dato

Estimado José, conversa con tu novia y explícale, sin alterarte, lo fastidiado que estás por el comportamiento de su loro. Si le sustentas debidamente la situación, seguramente ella entenderá. Pídele que se ponga en tu lugar o que te acompañe cuando estás cerca del animalito para que vea su actitud. Así podrá darte la razón y controlarlo. Mucha suerte.

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