Magaly Moro

Alicia (28 años, Villa El Salvador). Doctora Moro, me apena mucho contar mi historia, pero necesito su opinión.

Tenía una relación amorosa con Eduardo. Ambos somos bien simpáticos, por eso nuestros amigos nos decían que éramos como la Barbie y el Ken del grupo. Palabras que nos causaban risas y nos halagaban.

Una vez le pregunté a Edu si me querría de igual manera si después de un embarazo o por cualquier razón engordara. Ante eso, yo pensé que me diría que sí porque le importaban más mis sentimientos, pero me equivoqué. Me dijo que si bien me seguiría queriendo, era probable que lo dejara de excitar, pero que mientras no me desparramara, todo andaría bien. Esa respuesta me dejó pensando, pero no le tomé importancia.

A finales de noviembre, empecé a emocionarme con la pronta llegada de Navidad y Año Nuevo. Todos los días preparaba junto a mi hermana galletas y tortas. Mi objetivo era probar varias opciones para sorprender a mi familia en la cena de Nochebuena. Lamentablemente, sin darme cuenta subí 10 kilos por tanto dulce. En Navidad, cuando mi enamorado me vio con un vestido ceñido, me dijo: “Dios, has engordado un montón. No me había dado cuenta con la ropa ancha que usas siempre”. Yo sonreí nerviosa y me senté a comer.

Al día siguiente, él se fue de la casa de mis padres y me dejó un mensaje que decía que no podía estar con una persona cero atractiva. Doctora, lo amo y estoy decidida a hacer ejercicios por él para que vuelva. ¿Qué opina?

Ojo al consejo

Querida Alicia, con la actitud que ha tenido Eduardo ha demostrado que no está enamorado de ti. No te aferres a alguien que solo está interesado en tu físico, porque tú eres más que eso. Déjalo ir, con el tiempo te darás cuenta que ha sido lo mejor. Por otro lado, si decides iniciar con ejercicios y con una vida saludable hazlo por ti, no por alguien más. Mucha suerte.