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Magaly Moro
Aracely (20 años, Carabayllo). Doctora Moro, mi pequeña mentira ha ido demasiado lejos y estoy a punto de ser descubierta. Le dije a Oswaldo, mi pareja desde hace siete meses, que jamás había intimado con un hombre, pero la verdad es que ya he tenido relaciones sexuales desde que cumplí los dieciséis años.
No quiero entrar en detalles, doctora, pero yo soy una mujer que vive libremente su sexualidad; sin embargo, mi chico es todo lo contrario. Oswaldo tiene la creencia de que una mujer debe entregarse luego del matrimonio. Cuando me dijo todo eso, yo quise reírme por sus pensamientos tan huachafos, pero me di con la sorpresa de que mi enamorado aún era virgen. “Estoy esperando a la chica correcta y creo que al fin la encontré”, me dijo dulcemente luego de confesarme su castidad.
En aquel instante no quise quedar mal, así que le dije que aún no había tenido mi primera vez. Por supuesto, todo esto era una mentira inocente de la cual ahora me arrepiento.
Hace días Oswaldo me dijo que ya no aguantaba más las ganas y que quería consumar nuestro amor en una fecha especial: en el Día de los Enamorados. No supe qué responderle en ese momento, por lo que solo atiné a hacerme la ofendida. “¿Por quién me tomas? No pienso entregarme a ti hasta que nos casemos”, le contesté furiosa y culpable por dentro.
Doctora, me siento tan mal por tener que mentirle, pero es que no sé cómo decirle la verdad. ¿Qué hago?
Ojo al consejo
Aracely, recuerda que las mentiras tienen patas cortas; tarde o temprano Oswaldo sabrá la verdad. Por ello, lo mejor que puedes hacer es decirle que tú ya eras sexualmente activa desde antes de conocerlo. Hay dos reacciones frente a ello: que te acepte sin problemas o que se aleje por el engaño. Sea cual sea la respuesta, él merece tu sinceridad. Suerte.