Magaly Moro

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Brenda (38 años, Chilca). Querida doctora Moro, me asusta todo lo que estoy sintiendo. He cometido un grave error y desearía poder retroceder el tiempo;  sin embargo, es imposible. Mi desgracia inició hace cuatro meses, cuando en la cola de la vacunación conocí a Rafael.

La espera por nuestra primera dosis era enorme y yo estaba sola porque mi pareja no pudo acompañarme por temas laborales, así que para no aburrirnos empezamos a conversar de cosas muy personales.

Me cayó súper bien y compartimos nuestros números celulares. Hasta ese momento solo lo veía como un amigo y creo que él también. Mientras esperábamos la fecha de nuestra segunda dosis, empezamos a hablar por WhatsApp.

No entiendo, hasta ahora, por qué no le conté a Manuel, mi novio, que conocí a un chico en la vacunación. Ahora sé que si no le hubiera ocultado, probablemente no hubiera pasado nada. Llegó la segunda dosis y quedamos en encontrarnos en la puerta. Conversamos por una hora en el área de descanso post vacuna y luego él me invitó un café.

Doctora, debí decir que no, pero hice todo lo contrario. Acepté, fui a la cafetería y después de una charla coqueta nos dimos un intenso beso.

Lamento decir que no fue el único y que eso no fue todo, ya que intimamos. Doctora, le juro que amo a mi pareja, pero no sé por qué lo traicioné. Desearía haber sido más fuerte a esa tentación. Por favor, dígame, ¿qué hago? ¿Debo confesarle sobre mi infidelidad?

Ojo al consejo

Querida Brenda, cuando uno ama de verdad no hace nada para lastimar a la otra persona. No condeno tu infidelidad, pero debes asumir las consecuencias de tus actos y dejar que tu pareja decida si quiere continuar contigo o no.

Dale tiempo para que piense las cosas y respeta lo que pueda decidir. Si él te perdona, lo mejor será que vayan a terapia para curar esta herida. Suerte.