Magaly Moro |

Maritza (26 años, Comas). Doctora Magaly, siento que soy una tonta. ¡Mi enamorado me ha estado viendo la cara y quién sabe desde cuándo!

Tengo tres años de relación con Jorge. Pensé que entre nosotros no había mentiras. Sin embargo, de un momento a otro y de la forma menos pensada me estalló la verdad en la cara, que, además de dolorosa, fue avergonzante.

Hace tres semanas, mientras me encontraba mirando las noticias por la televisión con mi familia, vi algo que me hizo pensar que estaba en medio de una pesadilla. En uno de los informes del noticiero salieron las imágenes de una intervención a un grupo de personas  en una discoteca en San Juan de Lurigancho, que en realidad era un prostíbulo.

Cuando las cámaras enfocaron a las personas que estaban en el local, me di con una desagradable sorpresa: ¡mi enamorado era uno de los intervenidos! Estaba ahí divirtiéndose al lado de un sujeto disfrazado de marciano.

Al verlo, escupí mi jugo. No lo podía creer. Esperé hasta la tarde para ir a su casa y decirle todo lo que pensaba de él. Y así fue. Le dije que era un irresponsable, un mentiroso por haberme dicho que esa noche no iba a salir de casa y un asqueroso por ir a esos lugares.

Tras esto, le di una cachetada y me retiré. Jorge intentó decirme algo, pero no lo dejé.

Desde ese día me llama por celular y va a mi casa a preguntar por mí. Aunque aún lo amo, no quiero hablar con él. Creo que nuestra relación llegó a su fin. ¿Usted, qué opina?

Ojo al consejo

Estimada Maritza, entiendo tu decepción. No obstante, te sugiero que converses con Jorge. Probablemente, te dé una explicación. Si después de escucharla no te convence, lo mejor será que termines definitivamente con esa relación. Además, ten en cuenta que es posible que no vuelvas a confiar en él y esto no les permitirá ser felices. Medita bien la situación.