Magaly Moro

Lorena (28 años, San Juan de Miraflores). Doctora Magaly, tengo miedo de perder a mi novio si le confieso una verdad. Beto, mi chico, es un apasionado de los animales exóticos. Él es biólogo de profesión y por eso suele viajar a la selva para visitar los centros de rescate donde siempre está rodeado de sapos, serpientes, cocodrilos, delfines, entre otras especies.

Hace seis meses trajo, de uno de sus viajes, un animalito fuera de lo común. Era una tarántula cuya apariencia daba terror. Mi chico me dijo que la había traído porque necesitaba estudiarla y que le acondicionaría un espacio en su casa.

Efectivamente, organizó su estudio y la instaló en un terrario verificando que la temperatura y la humedad sean las ideales. Puso mucho esmero para que el insecto se sienta como en su hábitat.

No tuve problemas con el animalito hasta hace un mes. Por la necesidad de usar la laptop que mi novio tiene en su estudio, tuve que entrar al lugar donde estaba el insecto. Cuando estaba prendiendo el equipo sentí un cosquilleo en la pierna, miré para ver qué pasaba y era la tarántula que había salido de su caja de vidrio. Sentí terror al verla, no pensé en nada más y la pisé hasta matarla. Luego, boté el cuerpo.

Mi chico, a la fecha, cree que el animal se escapó, la buscó por toda la casa. Me ha dicho que se siente culpable por no haberla cuidado mejor y que le había llegado a tener cariño porque sentía que lo acompañaba en sus largas horas de investigación.

Señora Moro, ¿cómo le confieso que, en realidad, yo maté a su tarántula?

Ojo al consejo

Estimada Lorena, entiendo tu preocupación. La solución es que le digas a tu novio la verdad y cuanto antes mejor, ya que ya pasó mucho tiempo desde el incidente. Cuéntale cómo pasaron las cosas, lo que sentiste al ver a la tarántula, lo que pensaste después de matar al animalito y el porqué de tu silencio. No olvides pedir disculpas de corazón. Suerte.