Magaly Moro

Abril (28 años, San Miguel). Doctora Moro, me estoy volviendo loca con lo que siento. Estoy en una relación sentimental con Antonio desde hace dos años y tres meses. Tenemos un romance muy sano, son poquísimas las veces que discutimos.

Hace tres semanas, Toño, como lo llamo, me pidió matrimonio de manera sorpresiva. Obviamente acepté y en una reunión muy pequeña, por la pandemia, se lo comunicamos a nuestros familiares cercanos.

Durante esta cena conocí al tío Tomás. Él vive en Argentina y regresó a nuestro país solo para hacer unos papeleos. Recuerdo haberlo visto en fotos y videos familiares antiguos que tiene mi pareja, pero jamás me percaté de su físico. Además, era muy diferente al hombre que vi esa noche.

En la cena, cuando todos se levantaron para hacer el brindis, me di cuenta de los enormes brazos que tiene.

Intenté no mirarle los pectorales, pero fue imposible con esa camisa blanca y apretadita que llevaba.

Doctora, este hombre maduro de 54 años tiene todo en su lugar. Hasta entonces solo era una admiración hacia su cuerpo, pero mientras transcurrían las horas, lo conocía más y me iba atrayendo su forma de ser, tan elocuente, culto, encantador, amable  y divertido.

Desde esa noche no dejo de pensar en él.  Sé que es extraño, pero me emociono cada vez que lo veo en la casa de mi chico y hablo con él sobre el clima, las noticias, etc. Tengo miedo de propiciar algo por esta gran atracción. ¿Qué hago?

Ojo al consejo

Estimada Abril, lo que ha pasado es que te has deslumbrado por este hombre maduro lleno de experiencias. Lo mejor que puedes hacer es mantener la calma y razonar. ¿Quieres tirar tu linda relación por esto?, ¿no amas a tu pareja? Te recomiendo que trates de mantener tu distancia con el señor, al fin y al cabo solo estará en nuestro país por unos días. Suerte.