Me gusta una quinceañera
Me gusta una quinceañera

Jorge (24, Los Olivos) Doctora, le comento que desde hace unos meses mi vida se ha vuelto un tormento. Cada vez que voy a casa de mi mejor amigo no puedo evitar sentirme avergonzado por los sentimientos que Raisa, su hermana, despierta en mí. La primera vez que la vi ella tenía apenas doce años, prácticamente fui testigo de su crecimiento y por eso me siento culpable de lo mucho que me gusta ahora que se ha convertido en una señorita a sus quince años. De esa niña inocente que antes era, ya no queda casi nada. Su ropa es cada vez más diminuta y su encantadora sonrisa hace que todo el mundo se ponga a sus pies. Varios de sus amigos andan tras ella y eso a mí me saca de quicio. Cuando Raisa empezó a notar ese cambio en mi actitud, se puso a coquetearme.

Me dijo que quería saber hasta dónde podía llegar. La verdad es que yo tampoco sé de lo que podría ser capaz, doctora. Mi fascinación por ella va en aumento con el pasar de los días y temo que sus padres y su hermano reaccionen mal si se enteran. Su hermano es quien más me preocupa, porque no quisiera echar a perder una amistad de tantos años con él. Lo peor es que ella sabe lo que causa en mí y cada vez que nos vemos, no puedo evitar seguirle el juego. Un día no pude resistirme y la besé. No puedo negar que me encantó probar sus labios. Desde entonces, no pienso en otra cosa que volverla a ver. Me encantaría poder estar con ella, pero aunque su familia aceptara nuestra relación, la diferencia de edad es grande. No sé qué hacer.

CONSEJO. A no ser que ambos se quieran de verdad, sería mejor que no te involucres con una joven que aún está descubriendo su sexualidad. Cuidado.

TAGS RELACIONADOS