Magaly Moro

Germán (62, Villa El Salvador). Doctora Moro, hace décadas que leo su columna y sé que me podrá ayudar. No lo niego, tengo miedo perder a mi viejita, sin embargo, tengo mucha fe en que usted sabrá dirigirme por el camino correcto para enfrentar mi problema.

Estoy casado hace 40 años con María, tenemos 6 hijos, todos ya con sus propias familias. Nuestra última hija se casó hace poco menos de un año y, a raíz de eso, mi esposa dio un cambio radical en su vida: decidió vivir aventuras y disfrutar de que, al fin, no tiene que cuidar a nadie. “Viejito, llegó el momento que tanto esperábamos, tenemos nuestro tiempo de relajo, sin preocupaciones y con salud, gracias a Dios”, me dijo.

Señora Moro, desde entonces, mi esposa sale más, se cambió de look, se va de compras con sus amigas y hasta se ha matriculado en clases de baile por internet. Todo esto me alegraba mucho, hasta que decidió que quiere irse de viaje. Pese a que le dije que estamos en pandemia, que no se arriesgue, que ya somos adultos mayores, se fue a pequeños viajes. Yo la acompañé a dos, pero me canso y tengo miedo contagiarme. Sé que estamos vacunados, pero eso no nos garantiza nada. Además, ya se habla de una tercera ola del Covid-19.

Lamentablemente, mi mujer no me entiende y anda muy enojada conmigo. Quiero entenderla y no puedo, y temo que en algún momento quiera separarse de mí por no estar a su ritmo. “¡Ay, viejo! qué aburrido eres”, me contestó la vez pasada. ¿Qué hago? No quisiera perderla.

Ojo al consejo

Querido Germán, no te agobies, es natural que sientas temor, pues estamos viviendo una crisis sanitaria que a diario causa la muerte de muchas personas. Conversa con ella y dile que la amas y por eso la cuidas.

Lo que te aconsejo es que busques algunos planes divertidos y se los propongas a tu esposa, así verá que te esfuerzas por salir de la rutina.