Magaly Moro

Paulo (35 años, Cieneguilla). Señora Magaly, me siento vilmente estafado y no sé cómo dar vuelta atrás sin herir a la persona que más amo: mi hijo.

Hace tan solo ocho meses, en plena segunda ola de la pandemia, contraje matrimonio con Lucero, una guapa ayacuchana que conocí en mi barrio, antes que inicie todo este caos por el COVID-19.

Por la emergencia sanitaria, llevamos una relación a distancia todo el 2020, debido a que ella quiso regresar a su tierra. Pero, a inicios del 2021, decidió venir a verme. Obviamente, yo muy emocionado la recibí en mi casa. Vivimos unos días apasionados, tanto así que quedó embarazada.

Lucero, muy pegada a la antigua, me dijo que teníamos que casarnos antes de que nazca nuestro niño. Le juro que dudé porque no la conocía tanto, pero acepté. Tramitamos de inmediato todos los papeles y logramos casarnos.

Desde ese momento vivimos juntos. Nació mi hijo y la relación empeoró. Resulta que mi esposa es una reverenda ociosa: no limpia, no cocina, no ordena y solo quiere estar tirada en la cama. Lo peor de todo es que ni siquiera desea cumplir con su labor de madre, se va con sus amigas y llega tardísimo. Yo tengo que encargarme del hogar y de nuestro bebé.

He intentado hablar seriamente con ella, pero no quiere escucharme. La verdad estoy cansado y cada vez estoy más convencido de que no debí casarme. Ahora, ¿cómo hago para separarme? Quizás ella me aleje de mi pequeño. Por favor, doctora ¿qué hago?

OJO al consejo

Querido Paulo, es natural tu indignación. Tu pareja no está siendo ni considerada ni justa contigo. Lo peor de todo es que no tiene intenciones de solucionar su situación.

Creo que lo más sano para los dos es separarse. No temas por tu hijo, si ves que ella no está cumpliendo con su labor de madre, puedes pedir la custodia completa. Será difícil, pero no imposible. Suerte.