Magaly Moro

Daniel (36 años, Surquillo). Estimada señorita Moro, disculpe que lo moleste con mis problemas matrimoniales, pero necesito su sabio consejo.

No soy capaz de dirigirle la palabra a Marcela, mi esposa desde hace un año y medio. Lo que sucede es que vi mi estado de cuenta de la tarjeta, en la que recibía mi sueldo de ingeniero, y estaba en cero. Pensé que era un error del sistema, pero no. Llamé al banco y me confirmaron que mi mujer se había gastado todo mi pago.

Preocupado, revisé punto por punto los gastos y me di con la sorpresa de que con mi sueldo se compró ropa, zapatos y carteras de marcas reconocidas. Resulta que hizo las compras de manera online para no tener que salir y yo no me di cuenta.

Doctora, cuando conocí a Marcela supe que era una compradora compulsiva. No se medía en lo absoluto y siempre acababa sobregirando su tarjeta de crédito. Claro que yo la ayudé en todo el proceso y, luego de una terapia de varios meses, logró recuperarse. Gastaba lo justo y necesario.

Sin embargo, por lo que me acabo de enterar, parece que ha vuelto a caer en ese vicio.

Yo confié en ella y le di las cuentas de mis tarjetas porque me dijo que se iba a encargar de pagar los servicios de la casa, pero no fue así. Terminó por traicionarme y robarme absolutamente todo mi sueldo.

Le he reclamado, pero fue en vano. Se puso necia y se defendió diciendo que todo lo que compró era necesario para ella. Me molesta todo esto, ¿qué hago?

Ojo al consejo

Daniel, tu enojo es comprensible porque se trata de tu dinero. Te sugiero que hables con tu esposa y que la convenzas de que regrese a terapia porque lo que ha pasado es una señal de que ha recaído. Si la amas, ayúdala porque lo que tiene es una enfermedad. Por otro lado, busca cancelar las compras y cambia tus claves para que no sean una tentación para ella.