Magaly Moro

Rolando (51 años, Comas). Doctora Moro, me encuentro en una situación bastante incómoda con mi mujer. Luego de 24 años de matrimonio, por primera vez le estoy pidiendo que busque trabajo para que me ayude económicamente y ella se niega rotundamente.

Lo que más me molesta es que ni siquiera intenta emprender algo o simplemente buscar alguna manera de generar ingresos. Por el contrario, solo me exige plata y me está volviendo loco.

Le cuento que, por años, tuve un buen trabajo que nos permitió gozar de una vida acomodada. Lamentablemente, en pandemia me despidieron y todo este tiempo he estado sobreviviendo de mi liquidación y de la CTS. A pesar de ser testigo de esta situación y del estrés que me causaba estar sin trabajo, mi esposa jamás se dignó en ayudarme.

A medida que pasa el tiempo, me quedo sin ahorros y, por más que me cachuelee de mil maneras, no logro pagar todas las cuentas yo solo. Por esta razón, desde hace un tiempo, vengo exigiéndole a Martha que busque un trabajo para poder dividir los gastos.

No obstante, esta petición siempre es motivo de peleas. “Nunca he trabajado y, a estas alturas, me estás pidiendo que salga de mi casa y me meta en una oficina. Ser ama de casa también es un arduo trabajo”, asegura. Yo nunca le digo que su labor en casa sea mala, pero lo que necesitamos es dinero. Tengo miedo empezar a endeudarme. ¿Qué hago, doctora?

OJO al consejo

Estimado Rolando, lo que tienes que hacer es sentarte con tu esposa y explicarle los riesgos que corren en caso dejen de pagar sus cuentas. No obstante, ten paciencia ya que, al no trabajar por muchos años, debe aterrarle volver al ámbito laboral. Los dos necesitan desarrollar la empatía para poder enfrentar juntos sus problemas. La comunicación de clave.