Magaly Moro

Miriam (30 años, Ate Vitarte). Doctora Moro, estoy harta de esta situación, estoy pensando seriamente en dejar a mi prometido porque, hasta el momento, se rehúsa a estudiar algo.

Él y yo nos conocimos hace 15 años, en el mejor momento de mi vida: la secundaria. Luego de acabar el colegio, conseguí ingresar a una universidad particular, gracias al apoyo de mis padres. Por su parte, Jonás decidió no empezar ninguna carrera profesional porque aún no tenía definido qué quería seguir. En ese entonces, lo ayudé mucho con tests vocacionales, pero todo resultó inútil; él quería tomarse su tiempo sin presiones. Así pasaron 5 años. Yo terminé por graduarme como diseñadora gráfica y, a la par, trabajaba en una agencia de publicidad, mientras que Jonás desistió de la idea de estudiar algo y se puso a trabajar como mesero en el restaurante de su tía.

Hace unos meses, me pidió la mano y acepté porque lo amo, a pesar de los comentarios de mi familia, quienes dicen que es un bueno para nada. Sin embargo, no deja de molestarme que no tenga visiones claras, que sea un conformista. Hasta hace poco volví a tocar el tema de que estudie algo, es más, le comenté que podía llevar cursos de 6 meses si no quería invertir mucho tiempo, pero nada.

Le juro que no sé qué hacer, ni siquiera entiendo cómo piensa que vamos a pagar la boda. Mi sueldo no nos va alcanzar. Necesito de sus sabias palabras, doctora, ¿cree que deba dejarlo?

Ojo al consejo

Querida Miriam, te aconsejo que hables por última vez con Jonás sobre el tema, sin criticarlo. Quizás comparta  el verdadero motivo de su falta de motivación. Asimismo, menciónale que te gustaría verlo crecer profesionalmente como tú lo estás haciendo. Si con ese mensaje no entiende, tampoco puedes presionarlo más y evalúa si quieres seguir con alguien así.