Magaly Moro

Piero (28 años, Carabayllo). Doctora, estoy muy preocupado por el futuro de mi romance con Tamara.

Apenas llevamos cuatro meses como enamorados y las personas más importantes de mi vida, que son mis hermanas, le han puesto la cruz. Este rechazo ha iniciado por culpa de mi pareja, ya que cuando fue a la cena familiar por el Día del Padre, en la casa de mi abuelita materna, Tamara dejó toda la comida e hizo comentarios desatinados.

En aquella ocasión, mi abuelita preparó la comida típica de Ayacucho para sorprender a mi papá y a mis tíos por su día. Mi chica jamás había degustado platos como la puca picante, el puchero ayacuchano o chairo. Entonces, ella se sentó y puso una cara de asco e incomodidad. Justo cuando le iba a preguntar si todo estaba bien, Tamara preguntó: “¿en serio vamos a comer esto?”. Mi hermana menor le explicó que eran platos de la tierra de nuestra familia y que todo estaba rico. Pese a ello, Tamara se negó a probar un solo bocado. Me levanté y la llevé a la puerta para pedirle explicaciones y me respondió: “huele mal y seguro sabe así”. Lamentablemente, todos escucharon porque alzó la voz. No quería hacer el escándalo más grande y le pedí un pollo a la brasa. No obstante, provocó que todos en la casa le tuvieran antipatía por rechazar la comida de la abuelita, quien se amaneció cocinando.

Ay, doctora, hasta ahora no quiere ir a la casa de mi mamita a comer porque no quiere probar esos platillos. ¿Eso está bien? ¿Qué hago?

OJO al consejo

Querido Piero, tu enamorada fue muy desconsiderada al rechazar la comida de tu abuelita, pero, quizás, no supo utilizar las palabras correctas. Te sugiero que hables con ella y le comentes la imagen que se está creando en tu familia para que reflexione. Si no quiere comer ahí, tampoco la obligues, busquen una solución. Suerte.