Magaly Moro

magalymoro@prensmart.pe

Cristina (32 años, Barranco). Doctora Moro, soy una lectora fiel de su sección desde que estoy en el colegio. Espero pueda ayudarme con este problema que estoy afrontando.

Lo que sucede es que hace un par de año viajé a Estados Unidos para vacacionar. Mi plan era quedarme en ese país por quince días, pero en la primera semana conocí a Renier, un abogado americano de mi misma edad. Nos enamoramos de inmediato, tanta fue la intensidad de nuestro romance que él me propuso quedarme y convivir con él.

Doctora, quizás todo fue muy apresurado, pero en ese momento no lo pensé y lo hice. Postergué mi vuelo hasta dentro de un mes, comuniqué a mi trabajo para hacer home office e inicié esta aventura. La verdad es que todo resultó muy bien. Al final, me quedé por un año y luego, cuando mi papá se puso mal, decidí regresar. Renier vino conmigo. Lo pensó mucho pero accedió a mudarnos a Lima.

Actualmente vivimos aquí, en un departamento barranquino, pero hasta el momento mis padres no aceptan a mi pareja. Ellos señalan que por culpa de él yo estuve lejos en los momentos complicados que afrontó mi familia. No entienden que es la decisión que yo tomé y que Renier no tiene la culpa.

Todo el tiempo me dicen que hubieran preferido tener un yerno peruano, alguien que comprenda y viva nuestra propia realidad. “Además, ni le entendemos, ¿para qué lo quieres traer?”, me repiten constantemente. Ay, doctorcita, ¿qué me aconseja?

Ojo al consejo

Querida Cristina, la familia siempre será un punto importante en nuestra vida, pero no determinante. Tú escogiste a Renier como compañero de vida y ellos deben aceptarlo, así sea un acierto o un error de tu parte.

Lo que te aconsejo es que hables seriamente con tus padres y les manifiestes tu malestar por su comportamiento. Habla con ellos de manera calmada. Suerte.