Su madre es una metiche
Su madre es una metiche

Ximena (Rímac, 26) Doctora, estoy a punto de terminar una relación de tres años por culpa de mi futura suegra. Julio y yo somos enamorados desde que ingresé a la universidad, lugar donde lo conocí en una fiesta de la facultad. Ahora, como estamos a puertas de acabar la carrera y ya tenemos trabajos estables, queremos formalizar nuestra situación con el matrimonio.

Aunque ya los conocía, Julio conversó con mis papás para dar esta gran noticia. Yo hice lo mismo pero, a diferencia del trato afectuoso que recibió en mi casa, algunos de sus parientes -en especial su madre- se mostraron muy distantes. Eso me preocupó, pero Julio me aseguró que ellos no son muy expresivos y que en el fondo les gusté.

A la siguiente semana, dejando de lado ese mal momento, invité a Julio a un concierto y él aceptó ir esa misma noche. Todo fue perfecto hasta que llegué a mi casa. Mientras me alistaba para dormir, su madre llamó a las dos de la mañana y me reclamó porque “su niño” había llegado muy cansado por ese “tonto concierto”. Obviamente, conté lo sucedido a Julio y él trató de minimizar todo. Su actitud me ofendió, peleamos y luego volvimos bajo la promesa de que conversaría con su mamá.

Nunca se disculpó, pero no quise discutir con Julio y menos por ella. Ahora, si los visito, no deja de criticar mi ropa, mi trabajo, mi forma de hablar, todo. Por ejemplo, dijo que solo las mujeres escandalosas visten colores fuertes (yo usaba una blusa roja). Ya no sé qué hacer, creo que está loca.

CONSEJO. Ximena, conversa con la madre de tu prometido y llega a un acuerdo. En caso de rehusarse, Julio debe aprender a ser imparcial en las futuras discusiones.  

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