Magaly Moro

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Daniela (34 años, Jesús María). Doctora Magaly, estoy harta de la frescura de mi suegra y le juro que no sé cómo actuar ante esta situación.

Todo empezó cuando Olga, la madre de mi esposo, se quedó sin trabajo por la pandemia. La empresa en la que trabajó por quince años la despidió y solo le dio un monto pequeño de dinero por su tiempo de servicio. La señora no supo pensar y se lo gastó todo en cosas innecesarias, como regalos para sus nietos. La verdad, en ese entonces, no me importaba porque era su plata. El problema empezó cuando el dinero se le empezó a acabar.

Yo me di cuenta que algo no andaba bien cuando empezó a venir a almorzar a mi casa todos los días. Al inicio no me afectaba porque pensé que quería pasar tiempo con mis hijos y mi esposo, pero después vi que lo hacía para no gastar. Traté de no enojarme, pero todo se salió de control cuando la descubrí, en la puerta de mi hogar, reclamándole a mi esposo para que le dé dinero. “Tú eres mi hijo así que no me puedes desamparar. Tengo que irme con mis amigas a pasear y necesito que me mantengas”, gritaba. Bajé las escaleras y fui a pedirle que haga silencio por los niños, pero fue en vano. Salió con su discurso de que debemos darle dinero todos los días.

Doctora, la señora nos quita casi todo, solo nos deja con poco para vivir. Lo peor de todo es que solo nos pide a nosotros, a sus otros hijos no.

¿Qué hago? Mi esposo no tiene carácter y yo estoy harta de la actitud de mi suegra. Ayúdeme.

Ojo al consejo

Querida Daniela, tu suegra se está aprovechando de la bondad y del cariño de ambos. No pueden vivir de esa forma, claro que debes hablar con tu esposo para que él le ponga un freno a su progenitora. Con mucha sutileza hazle entender la situación para que no sienta que estás atacando a su madre. Bríndale opciones para que la señora tampoco quede desamparada. Suerte.