Educar a un hijo no es una tarea sencilla, requiere de disciplina, dedicación, amor y sobre todo de mucha inteligencia para saber cómo actuar ante posibles comportamientos negativos que desarrolle el menor. Si usted ha notado que su niño está mucho más mandón y autoritario que de costumbre, aquí le dejamos algunos consejos para sobrellevar esta situación.

Coordinación previa

Primero, ambos progenitores deben estar de acuerdo en cómo quieren educar a sus hijos, en cuál va a ser su modelo educativo y actuar ante él sin fisuras, porque si las hay, el niño se aprovechará enseguida de ellas.

Cultivar la amabilidad en casa

Los niños son esponjas que aprenden de lo que ven, por tanto, por eso debe revisar si en el entorno familiar puede estar transmitiendo este tipo de actitud. Es importante que tenga un espacio de amabilidad en el que no se levantan tonos de voz, se pidan las cosas por favor y se den las gracias.

No bajar a su nivel

No hay que ponerse a la altura del niño: si grita, patalea y monta una escenita, hay que respirar y contenerse. Nada de chillidos o golpes, mejor esperar a que se calme sin hacerle el más mínimo caso.

El poder de negociar

A un niño mandón le cuesta manejar la frustración que le ocasiona que las cosas no salgan como quiere. La mejor forma de tratar esto es enseñándolo a negociar. En primer lugar, explique las razones por las que está pidiendo que hagan algo en concreto. Así el va entender lo importante que es para usted que lo obedezca y que puede tener un beneficio si obedece.

Reforzar la autoestima

Las órdenes son, en muchos casos, el disfraz de una llamada de atención. No juzgues y ante el menor indicio intente averiguar las razones de su comportamiento. Haz que se sienta valorado y apoyado por el entorno familiar, y no juzgado. Procure que sea libre para expresar sus sentimientos, miedos y emociones.

La importancia de felicitar

Cuando empiece a notar un cambio positivo como por ejemplo que pida por favor, no deje de felicitar. El refuerzo positivo hará que esta manera de actuar vaya calando en su modo de relacionarse con las personas de su entorno. 

ALERTA

En caso no haya mejoras y la actitud del menor sigue siendo dominante, lo mejor será acudir a un psicólogo especializado.

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