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Ayudarnos a superar algo que nos aterra es trabajo de un especialista, en base a un procedimiento se concreta una terapia que acabe con la relación que hacemos entre un objeto y un posible daño a nosotros mismos. Dentro de estas terapias, hay cuatro etapas clave:

 

1. Identificar la fobia. Si le tienes fobia a las cucarachas, es sencillo identificarlo, pero si le tienes miedo a los lugares públicos o espacios abiertos, te será más difícil dar con el origen de tus problemas y por ende, que notes que no hay mucho de que temer.

 

2. Entender el miedo. Los terapeutas buscan en primer lugar enfrentar los pensamientos que asociamos con lo que nos produce miedo y en segundo lugar, reparar la conducta física con la que reaccionamos. Al final, se debe concluir que no hay ninguna posibilidad de que suframos daño alguno por lo que tanto pánico nos causa.

 

3. Modificar la conducta. Una vez que la persona puede tolerar ver a otro haciendo lo que da tanto miedo, empieza a desarrollar una resistencia gradual.

 

4. Mantenerte firme. Curarse es un proceso lento y si en ese proceso tienes ocasión de enfrentarte a tu fobia, házlo sin precipitarte.

 

Intente someterse a una terapia porque hacer como que no existe, no solucionará su problema y exponerse frontalmente a más de lo que pueda manejar, la dejará con un trauma de por vida.

     

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