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Por más egoísta que pueda parecer un niño cuando se niega a con el amigo, hay que comprender que se trata solo de una etapa. Con el tiempo, los niños aprenden a ser bondadosos cuando se les explica con cuidado y sin exagerar.

 

En opinión de Fernando Lamas, docente de la Universidad Norbert Wiener, presionarlo para que comparta sus juguetes puede ser contraproducente. "Es mejor premiar la reciprocidad con un esfuerzo positivo", señala. "Así, el niño descubre que está actuando en forma especial y se le queda grabado". Además, tampoco es bueno pedirle que preste algo con lo que recién se está familiarizando.

 

Ser generoso y solidario con el otro contribuye de manera significativa a la crianza en sociedad. Pero si esta conducta no es fomentada desde el hogar, no hay mucho que se pueda hacer. "Los papás tienen que demostrar que también comparten sus cosas, que son generosos", añade el especialista.

 

Lamas explica que al interior de la familia también es bueno que los padres respeten las cosas de los niños para que ellos aprendan a tener sentido de la propiedad. "Si el padre le pide algo prestado al niño, él lo verá como algo valioso. Su sentido de propiedad se verá reforzado y al sentirse dueño del juguete, estará más propenso a darlo".

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