A diario nos enfrentamos a la mirada ajena y a lo que los otros puedan decir de nosotros. En esa circunstancia, es indispensable diferenciar si lo que estamos recibiendo es una crítica constructiva o no. De ello dependerá la forma en que deberíamos asumirlo. A continuación, cuatro principios para diferenciarlas:
1. Ahondar en la crítica. Si la persona que nos critica se queda sin argumentos para explicar a qué se refiere con lo que dice, ahí hay un primer indicio de que se trata de una crítica destructiva. Si es así, manejalo con humor.
2. Aleja la emotividad por un momento así podrás pensar racionalmente, como si la crítica no fuera hacia ti.
3. Ponerte a la defensiva no hará que las cosas concluyan de mejor manera o que la crítica desaparezca.
4. No esperes a que alguien te lo diga. Tú también puedes pedir una crítica constructiva, de hecho, te hará mejor persona.
Ten en cuenta que dar o recibir una crítica constructiva crea un vínculo especial entre ambas personas y que una persona exitosa es quien ha convertido sus críticas en éxito. Tener críticas no hace a nadie inferior a otros, se trata de cómo las manejes.