Volver a la conocida rutina escolar después de un gran descanso, como son las vacaciones, puede generar en los niños y en los adolescentes un gran disgusto.
Para combatir este sentimiento de molestia, es bueno mantener las expectativas de los niños con respecto a las nuevas clases. Una buena forma de alentarlos es asegurarles que los momentos de ocio no se acabarán y solo se restringirán a un nuevo horario. Anímalo a expresar sus intereses sin que olvide las nuevas obligaciones que tendrá.
Simplifica tus horarios
No solo se trata de que los hijos se adaptan nuevamente a la rutina, los padres también deben estar disponibles el mayor tiempo posible. En algunos casos eso significa salir más temprano de la oficina o evitar viajes de negocios. De esta forma, podrás tener un contacto directo con los niños y verás si la ansiedad que sienten está dentro de lo normal.
Es un buen momento para establecer el horario en que tendrán para hacer sus tareas escolares, bañarse, almorzar y dormir. Incluye tiempo para que jueguen, ya que las actividades lúdicas resultan muy positivas para su desarrollo intelectual y, si te es posible, juega con ellos.
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