Una entrevista de trabajo es la oportunidad para resaltar nuestras fortalezas y demostrar que somos la persona idónea para ocupar el cargo. Usualmente, se trata de una conversación que busca profundizar y ampliar la información que aparece en el currículo para que el reclutador pueda determinar si el candidato cumple con el perfil requerido.
En este primer encuentro personal con la empresa, es fundamental tener en cuenta ciertos aspectos que pueden parecer insignificantes pero que son determinantes. La confianza y seguridad son unos elementos que deben estar presentes desde el primer momento, de hecho, “el contacto visual y la calidad del saludo por parte del postulante son dos de los primeros factores en los que un reclutador presta atención”, de acuerdo con David Jimenez, Gerente de Selección y RPO de Adecco.
Asimismo, mostrarse natural y ser elocuente suma varios puntos al candidato. En este sentido, es importante que las respuestas no suenen demasiado elaboradas, se debe de notar autenticidad, lo que garantiza relevancia y transparencia en el desarrollo de la entrevista, para ellos, será importante que practiques previamente.
“Las acciones que se deben evitar para generar una imagen negativa son no llegar a la hora pactada, tener una presencia y vestimenta inadecuada, y no haber adaptado el perfil al puesto requerido”, agrega Jimenez. Además, es recomendable no hacer comentarios negativos sobre las experiencias laborables realizadas, hablar mal de un jefe inmediato o de una empresa donde hayamos trabajado anteriormente.
Para el caso de una entrevista virtual, se recomienda preparar la entrevista previamente, revisar que la luz y el ambiente donde se llevará a cabo la entrevista sean adecuados. Puedes grabarte mientras ensayas y así comprobar la imagen que das al otro lado, antes de que llegue el momento de la entrevista real.
Ahora bien, si la entrevista consiste en una dinámica con un grupo de personas, lo que un postulante puede hacer para destacar es tener iniciativa en las actividades solicitadas, saber promocionarse, conocer bien a la empresa, tus fortalezas y debilidades y no caer en la pedantería o en el exceso de confianza.
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