Existen diversos factores por las cuales uno decide separarse, a veces pueden ser situaciones como el desamor y otras más graves como la violencia física, infidelidad o violencia psicológica, la ruptura puede convertirse en un hecho tortuoso, sin embargo, es mejor saber tomar una decisión a tiempo.
Se debe tomar en cuenta que al momento de romper un vínculo, se quiebra, también, un proyecto de vida, por ello lo normal es que duela.
Al respecto, Emilia Malavassi, psicóloga de terapia de parejas y familiar, señala que el egoísmo es saludable específicamente en ese contexto. Pensar en uno primero, para luego pensar en los demás es clave para afrontar la etapa. Otro paso fundamental es aceptar lo que esta ocurriendo, saber de dónde viene el dolor y pensar si la mala vida que teníamos a lado de esa otra persona era lo que realmente deseábamos.
“Una vez identificada la emoción puedo determinar de dónde viene. Estoy frustrada porque le puse mucho empeño al matrimonio, porque le entregué mi vida, porque me sacrifiqué y no funcionó. Estoy feliz porque ya no lo quiero. No debemos juzgar las emociones, las emociones se sienten, punto. Pero tenemos que clarificarla para tomar acciones. Muchas veces no entendemos qué es lo que pasa y vaciamos las emociones en lo material”, asegura la psicóloga, también, Sandra Ayales.
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