La comunicación es importante entre los seres humanos; no obstante, también solemos hacerlo con los animales, aunque estos no respondan en el mismo código o lenguaje. Las mascotas nos responden moviendo la cola, ladrando o saltando, de lo que podría ser un aparente alegría, de las cosas que le hablamos.
A este proceso, el de hablar con tu mascota y hasta de vestirlo, se le llama antropomorfismo, en el cual necesitamos atribuirle ciertos aspectos humanos.
Según la ciencia, se trata de una necesidad de amistad y empatía, asimismo de la incapacidad de explicar comportamientos impredecibles. Si bien el hablar con un animal o una planta puede ser mal visto o como un rasgo de infantilidad es en realidad un subproducto natural. No hay otra especie que tenga esta tendencia.
Esto se relaciona con tener una cognición social activa e inteligente y un cerebro que está programado para ver y percibir las mentes, según detallan los expertos. Es por ello que hablar con tu mascota no te hace un persona anormal o fuera de sí, al contrario, hablar con tu mascota refuerza o crea un lazo emocional, cognitivo con este ser vivo.
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