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Londres, Reino Unido (AFP).- La imagen de un Reino Unido puntero y abierto al mundo podría verse dañada por el Brexit, pero el país dispone de medios para salvarse, estimaron publicistas de todo el mundo reunidos en Londres.

De la música al cine, la cultura popular británica ha transmitido durante décadas la imagen de un país moderno y dinámico.

La facilidad de emigrar al Reino Unido y encontrar trabajo ayudaron a construir la reputación de una sociedad acogedora y hospitalaria.

Pero el 'no' a Europa del 23 de junio de 2016 envió un mensaje inquietante, que augura controles fronterizos estrictos y restricciones a la inmigración.

"El Brexit constituye una automutilación porque casa mal con la imagen de apertura. Seguir transmitiendo el mensaje de que el Reino Unido sigue abierto a los negocios es, pues, de una importancia crucial", explicó a la AFP Matt Scheckner, fundador y director general de la Semana de la Publicidad (Advertising Week).

"Aquello que hace única a la cultura británica permanecerá. A saber, la música, la moda, la televisión, las películas, los contenidos creativos, eso no está verdaderamente en peligro. Pero para el turismo, las empresas que emplean a jóvenes talentos, existe el peligro de ser percibido como un lugar poco acogedor" añadió este neoyorquino.

Cerca de 40.000 profesionales del sector asistieron durante cuatro días a actos en el barrio de moda del Soho, en lugares como el club de jazz Ronnie Scott's o el gran cine Picturehouse Central.

- 'Mirar al mundo' - 

Entre esos publicistas de perfil internacional, jóvenes y de indumentaria desenfadada, pocos aplauden el Brexit. "Es un proceso insular y de ensimismamiento", lamentó Melanie Read, de la agencia Aesop.

Aún así, la mayoría cree que se puede salvar la imagen. "Tendremos que destacar nuestros puntos fuertes, como nuestra capacidad de creación cultural", propuso Matt Donegan, director de la agencia de márketing Social Circle.

El país, insisten, podría atraer inversiones realzando su sistema político estable, una mano de obra angloparlante, o la capacidad británica de asimilar lo mejor de las culturas extranjeras.

Asimismo, será esencial subrayar la diversidad política del país para evitar que se imponga la idea de un bloque uniforme, envejecido y encerrado en sí mismo.

Richard Staplehurst, un treintañero de cabellos canosos, trabaja en la agencia Latimer y ha estudiado las expectativas de la juventud británica, que votó mayoritariamente a favor de permanecer en la UE.

Cree que hay que ser optimista, porque aunque el Brexit restrinja la libertad de ingreso en el Reino Unido, "habrá mucha gente que insistirá en que seguimos abiertos, que dirán, en las redes sociales, 'esto no es justo, pero seguimos siendo hospitalarios'".

Este activismo podría contrarrestar los mensajes negativos y salvar la imagen del país en el extranjero, más allá de vicisitudes políticas.

"Por naturaleza, miramos al mundo", aseguró a la AFP Liam Fox, ministro de Comercio Internacional y uno de los más fieros defensores del Brexit.

Faltan dos días para que el gobierno británico envíe su carta de adiós a la UE, y para que este pueblo insular de 65 millones de personas afronte el desafío de cortar amarras con 450 millones de vecinos, navegar perfectamente en solitario y, al mismo tiempo, conservar la respetabilidad y admiración del resto.

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