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No todo es felicidad, como muchos suponemos, para quienes viven en las zonas calurosas, pues el sol puede causar problemas de visión como , que en alto porcentaje de casos lleva al paciente al quirófano; ¿qué puede hacerse?.

El  es un tejido que crece sobre la conjuntiva (capa transparente que cubre al globo ocular), siendo el principal factor para que se produzca la radiación ultravioleta del sol, la cual es aún más intensa en regiones a nivel del mar. Nos comenta la doctora Verónica Talavera, directora ejecutiva de la Clínica de Ojos de Opeluce. 

“Las posibilidades de que se desarrolle aumentan si el habitante de las costas está expuesto constantemente a polvo y viento, lo cual sucede con frecuencia en pescadores o trabajadores del campo”, sostiene.

Las primeras señales son enrojecimiento del ojo, sensación de irritación y sequedad, así como comezón o ardor, para dar paso a visión borrosa; cabe destacar que la "película" que se forma sobre el ojo tiene efecto antiestético que para muchas personas es intolerable.

La también llamada  en el ojo crece desde un costado del globo ocular pudiendo llegar a cubrir la córnea, lo que impedirá el paso de la luz, produciendo una paulatina disminución de la visión.

En las fases iniciales, cuando las molestias son leves, se pueden controlar mediante gotas lubricantes o lágrimas artificiales que eviten la resequedad y ungüentos que ayuden a reducir la inflamación. Quienes resienten considerablemente el avance de la  en el ojo son las personas que acostumbran usar lentes de contacto, ya que las molestias son aún peores e impiden la visión nítida, tornándola borrosa. Cuando el problema alcanza tales dimensiones, es necesario retirar al  por medio de cirugía, ya que puede cambiar la forma de la córnea y afectar considerablemente la vista.

La intervención consiste en una operación sencilla que se lleva a cabo en el mismo consultorio del oftalmólogo, la cual contempla el uso de anestésico local para adormecer el ojo, y en aproximadamente 20 minutos se corta y extrae la . Pese a que este tipo de cirugía es en general muy exitosa, puede haber cierto riesgo, como hemorragia o infección, lo cual es poco común.

No obstante, aún después de ser removido quirúrgicamente el  puede volver a crecer, particularmente entre gente joven (aproximadamente en 30% de los casos y 5% en mayores). Para evitarlo, algunos oftalmólogos durante la intervención aplican medicamento especial en el ojo para reducir el riesgo de que vuelva a formarse.

El método más eficaz para detener la evolución del problema en etapas iniciales es el empleo de rayos beta (betaterapia), cuyo efecto radiactivo además de impedir el crecimiento de la  en el ojo asegura que no vuelva a aparecer.

Se debe evitar ambientes secos y la exposición al polvo. Asimismo, se recomienda el uso de anteojos o gafas de seguridad quienes trabajan con ciertos productos químicos dañinos, los cuales también pueden generar  al entrar en contacto con el ojo. Es muy importante acudir al oftalmólogo ante las frecuentes molestias de sequedad, irritación y comezón en el ojo, pues de recibirse tratamiento en etapas iniciales se podrá evitar la cirugía.

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