El esfuerzo que toma obtener un cuerpo sano y en forma, hacen que queramos lucirlo de alguna manera, ya se usando faldas, vestidos o alguna prenda que se amolde a nuestra figura, sin embargo el prolongado uso de prendas muy apretadas afectan directamente la circulación sanguínea y linfática.
Cada día la piel elimina sustancias a través del sudor y con células muertas, pero si hay alguna barrera que no permita eso, el retorno venoso se entorpece. Un sistema linfático en compresión lleva a la retención de líquidos y a que se nos hinchen las piernas. Todo ello favorece la aparición de celulitis y depósitos de grasa en algunas zonas del cuerpo.
Los riesgos más frecuentes:
1. Celulitis o piel de naranja. Los poros de la piel necesitan abrirse para dar paso al sudor. Si se bloquea la salida o se presiona los poros se deforman abriéndose más de los normal.
2. Favorece el reflujo gástrico. Los pantalones y cinturones ajustados pueden dificultar el proceso de digestión. El estómago necesita dilatarse, de modo que se si presiona esto puede provocar que los ácidos fluyan hacia el esófago, causando acidez y reflujo.
3. Afecta al sistema respiratorio. Las prendas muy ajustadas pueden dificultar el paso del oxígeno por el cuerpo.
4. Alteraciones ginecológicas y urológicas. Las ropas demasiado apretadas pueden ocasionar roces en la piel y una falta de transpiración que ocasiona que haya más humedad en la zona de los genitales y exista más riesgo de hongos y candidiasis en la mujer.
5. Problemas de espalda. En el caso de las mujeres, los pantalones apretados pueden comprimir nervios que se dirigen al muslo y provocar dolor e hinchazón. Al tener la musculatura constreñida por la ropa se realiza un sobreesfuerzo para movilizarla y levantar piernas o brazos, lo que sobrecarga al organismo.
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