Una palabra de reciente circulación pero antigua en el diccionario, viene del latín procrastinare que quiere decir, dejar un asunto para el día siguiente o aplazar. A continuación, diez consejos para que esta mala costumbre se aleje de ti:
1. Valorarlo. Es algo que quieres hacer más que algo que debes hacer.
2. Retrasar es peor. Mañana igualte quedará pendiente.
3. Dividir. Es mejor afrontar la tarea en pequeñas partes y enfocarte solo en tres o cinco puntos claves.
4. No acabará contigo. Convéncete de que tú eres más fuerte que la tarea que tienes que hacer.
5. No te mientas. Mientras más antesalas te pongas será peor. Cuando acabe la película no estarás más listo que antes.
6. Piensa en los otros. ¿Quiénes se perjudican con su demora? Tus retrasos también te hacen egoísta.
7. No debe ser tan duro. Recuerda las duras tareas que has terminado antes y lo insignificantes que te parecen ahora, a la distancia.
8. Encuentra el lado positivo. Algo bueno aprenderás de lo que hagas, al menos a distribuir mejor tu tiempo.
9. No busques la perfección. Hazlo tal y como te salga en el momento, no le des tantas vueltas.
10. Piensa en el final. Cuando acabes te sentirás mucho mejor y con una gran satisfacción personal.