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Por:  | Una de las marcas más icónicas de la moda juvenil en los últimos años parece estar hundiéndose a la par que toda la atención del mundo se centra en los resultados de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, la cuales dieron como ganador a . Estamos hablando de la marca , la cual el 9 de noviembre solicitó la protección de bancarrota en el Distrito Central de California.

La dura medida fue tomada por los directivos de la compañía buscando de esta manera “iniciar una reestructuración supervisada por los tribunales que nos permita abordar nuestros problemas inmediatos de liquidez, nuestro balance de resultados y corregir los problemas estructurales, incluyendo la reducción de los altos costos de ocupación y el restablecimiento del cumplimiento de nuestros pactos de deuda”, así lo aseguró en un comunicado de prensa el CEO de la compañía, Sheree Waterson.

Aunque no es sorpresa que la empresa se encuentre en números rojos y en una situación precaria pues la marca ha venido enfrentándose los últimos dos años a demandas y acusaciones de plagio por parte de firmas como Alexander Wang o la francesa Céline así como demandas provenientes de ex trabajadores o trabajadores que vieron afectada su estructura directiva. 

Recordemos que NastyGal nació a principios de la década del 2000 con , fundadora quien comenzó vendiendo ropa vintage a través de Ebay y que luego de varios años logró acuñar una fortuna de 300 millones de dólares con solo 30 años convirtiéndose así en un caso de éxito que sirvió de ejemplo a mujeres emprendedoras; triunfo que la animó a escribir sobre su experiencia en el exitoso libro #GirlBoss. Y es que NastyGal es la marca engreída de los Millennials, 

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