Las mujeres juegan un rol importante en el desarrollo de la fuerza emprendedora. En el Perú se está presenciando un aumento significativo en el número de empresas lideradas por mujeres, marcando un cambio y progreso en el panorama empresarial del país. Según el Ministerio de Producción (Produce), las mujeres representan el 42.9% del total de emprendedores, siendo esta cifra total de 1 millón 353 719 micro y pequeñas empresas.
Este crecimiento no solo refleja un cambio cultural hacia la inclusión y diversidad, sino que también revela el papel crucial que desempeñan las mujeres en la innovación y el desarrollo económico que impulsan al país. Y aunque históricamente las historias de éxito emprendedor más populares suelen ser protagonizadas por hombres, en el mundo empresarial hay un sinnúmero de mujeres emprendedoras que han logrado materializar con éxito sus ideas de negocio y estos cuatro ejemplos de mujeres emprendedoras así lo demuestran.
Alexandra Montoya: Una joven emprendedora que conquista el mundo digital
Esta joven estudiante de Publicidad y Marketing tiene apenas 20 años y ya es una próspera empresaria. Su historia comenzó en el 2023, cuando decidió fundar su propia agencia: una empresa dedicada a brindar servicios de gestión de redes sociales y estrategias de marketing. Su cartera de clientes incluye a emprendedores y empresas del rubro de materiales de construcción. Su talento y dedicación le han permitido ganarse la confianza de sus clientes, quienes valoran su creatividad y conocimiento del mundo digital.
Alexandra tiene una visión clara para el futuro. Al culminar su carrera, se dedicará de lleno a consolidar su agencia como una empresa líder en el mercado. Para ello, se enfoca en dos aspectos fundamentales: la actualización permanente y el dominio del inglés que estudia en el Instituto Cultural Peruano Norteamericano (ICPNA). Es un ejemplo inspirador para todos aquellos que aspiran a convertirse en emprendedores.
Delfina Sánchez: Tejiendo Sueños a través de la Artesanía
Dentro del mundo de la artesanía peruana, Delfina ha forjado un camino de realización personal que es tanto una historia de superación como una inspiración para muchas. Con 37 años, no solo ha logrado establecer su propio taller de artesanía, sino que también ha creado un espacio de apoyo y crecimiento para mujeres en situaciones vulnerables. Uno de los pilares de su emprendimiento ha sido su compromiso con la inclusión social, ofreciendo oportunidades de empleo principalmente a mujeres que son madres solteras y necesitan horarios flexibles. Junto a su equipo, imaginan y hacen realidad piezas únicas de cerámica.
Pero no quiere quedarse aquí, Delfina tiene proyectado empezar a exportar cerámica al extranjero y anhela dedicarse solo a la administración de su negocio. Para dar el puntapié inicial a esta historia de éxito, Delfina se apoya en un crédito grupal de Compartamos Financiera, quien es su aliado y la viene acompañando en cumplir cada uno de sus sueños desde hace más de 10 años. Ser la presidenta de su grupo de créditos le ha ayudado a reforzar su liderazgo y habilidades administrativas, y también a fortalecer la red de apoyo y confianza entre las miembros del grupo.
Alondra Espinoza y el Ascenso de “L’ngordé”
En el corazón de Marcona, surge una historia de resiliencia, pasión y éxito empresarial que inspira a toda una comunidad. Alondra Espinoza, una madre separada de 47 años con tres hijos mayores de edad, es la protagonista que hoy muestra transformación y triunfo personal a través del emprendimiento.
La travesía de Alondra comenzó en uno de los momentos más desafiantes de la historia reciente: la pandemia de la COVID-19. Ella decidió abrir “L’ngordé”, un restaurante especializado en la comida típica iqueña. El inicio fue modesto pero prometedor, con un servicio de delivery que operaba, entre otras cosas, con ollas prestadas por sus vecinos.
Su éxito se disparó tras participar en un reporte especial para el Programa de Apoyo a Emprendedores de Marcobre. Esta exposición no solo aumentó significativamente la afluencia de comensales, sino que también atrajo visitantes de diversas regiones, consolidando su reputación más allá del distrito. Ella más que una empresaria exitosa; es una fuente de inspiración y un ejemplo del impacto transformador del emprendimiento femenino.
Mónica Barreche: Resiliencia y transformación empresarial
La historia de Mónica Barreche, emprendedora de 42 años, es un testimonio de adaptabilidad, liderazgo y perseverancia frente a los desafíos inesperados. Su aventura comenzó hace 8 años, cuando se asoció con Compartamos Financiera para adquirir productos de una marca de belleza, sentando las bases de lo que sería una trayectoria de evolución y crecimiento personal.
Con el tiempo, decidió expandir sus horizontes emprendedores y abrió una cafetería dentro de un colegio, negocio que prosperó gracias a su dedicación. Sin embargo, tras la llegada de la pandemia y el cierre de las instituciones educativas llegó a uno de sus mayores desafíos: la pérdida de su negocio de cafetería. En medio de la crisis, solicitó un nuevo préstamo para abrir una lavandería “Adriel”, un negocio que no solo ha logrado sostenerse, sino que también ha continuado prosperando en el tiempo. Su trayectoria inspira a otros emprendedores a nunca rendirse y a seguir trabajando por sus sueños, sin importar los desafíos que la vida pueda presentar.
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