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Un estudio realizado en Israel ha demostrado que estábamos equivocados con las dietas. La investigación realizada por Eran Segal y Eran Elinav del Instituto de la Ciencia Weizmann de Israel comprobó que las personas aceptan de manera distinta los alimentos y sus micronutrientes, incluso suponiendo que las comidas con índice glucémico bajo, comúnmente consideradas saludables, podrían no serlo para ciertas personas.

¿Cómo es posible?

Los microorganismos y la flora bacterial del cuerpo de cada persona es diferente y reacciona de acuerdo a los hábitos alimenticios de cada persona. Así por ejemplo, el cuerpo de una mujer con prediabetes y obesidad mostraba incrementos de glucosa al consumir tomates, un alimento considerado saludable y con índice glucémico bajo. Según los autores de la investigación la edad y el índice de masa corporal están asociados con los niveles de glucosa en la sangre luego de las comidas.

¿Por qué sucede?

Los investigadores explican que esto podría deberse a que los estudios que fueron utilizados para establecer los índices glucémicos de cada alimento fueron realizados en grupos pequeños de personas, a diferencia de esta investigación que recogió datos de los hábitos alimenticios, comidas y estilo de vida de 800 personas por el lapso de una semana.

¿Qué hacer?

El estudio ha demostrado que lo mejor para la prevención de enfermedades como la diabetes y la obesidad, que son las epidemias modernas, es una dieta personalizada considerando el metabolismo, hábitos de vida y alimenticios de la persona implicada.

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