¿Es bueno ponerle el nombre del padre al hijo?
¿Es bueno ponerle el nombre del padre al hijo?

Muchas veces ha pasado que llamamos a la casa de alguien y nos preguntan: “¿Con quién quieres hablar, con el grande o el chico?”. Y es que el heredar los nombres de nuestros antepasados es una tradición en países occidentales. Pero esa costumbre puede llevar camuflada la intención de moldear la personalidad del hijo. “Si el padre o el abuelo fue una persona que destacó por ciertos temperamentos o valores, se puede estar inculcando al niño a repetirlos”, indica la doctora Janet Oliveros, directora del Centro Psicoterapéutico del Perú. 

El llevar el mismo nombre del progenitor también podría convertirse en una carga. Si el padre es exitoso, se espera que el hijo siga los pasos y lo supere. De lo contrario se le considera un fracasado y surgen sentimientos como odio y resentimiento. Si en cambio el padre es un ser negativo para la sociedad, es muy probable que el hijo sin querer asuma y pague por sus errores.

La doctora Oliveros indica que otro peligro de heredar el nombre es el diminutivo. Es decir, que Carlos llegue a los 40 y siga siendo Carlitos. “Cuando el individuo es niño, se siente protegido, con amor y cariño alrededor, pero cuando es adulto, puede bloquearse y no asumir con responsabilidad y madurez sus acciones”, manifiesta la sicóloga.

Finalmente, una recomedación: aunque no está mal nombrar a los hijos como los padres, o ponerles nombres modernos y creativos, no hay que tomar el asunto a la ligera. Como advierte la doctora Janet Oliveros: “Es necesario tener criterio y cuidado para elegir el nombre adecuado, porque es algo que se lleva de por vida”.

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