El hábito de morderse la piel y, en algunos casos, comérsela se conoce como dermatofagia. Por lo tanto, es un comportamiento compulsivo ligado a la automutilación. Usualmente, las personas se muerden las cutículas de las uñas o el área de piel cercana a la uñas. Sin embargo, también pueden hacerlo con los labios y el interior de la boca o mejillas. Otros indicadores:
- Aparición de callos o engrosamiento de la piel
- Generación de yagas y ampollas dentro de la boca, con riesgo de infección
- Aumento de tolerancia al dolor
Normalmente la gente se libera del hábito por sí misma. No obstante, en muchos casos se convierte en un problema serio que requiere terapias y ayuda psiquiátrica o psicológica profesional. Otra forma de combatirlo puede ser usar guantes o realizar tareas que requieran las manos, lo cual impedirá morderlas.
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