La gamificación es una metodología que busca aumentar la motivación y mejora del aprendizaje de los estudiantes en un entorno lúdico que alcance mejores resultados en la enseñanza. Este recurso pedagógico implica utilizar juegos digitales y analógicos, con la finalidad de despertar la curiosidad y el deseo de aprender de los estudiantes.

“En la estrategia de gamificación, los elementos para reforzar el aprendizaje en clase son: los desafíos, recompensas, storytelling, e insignias por logros o trofeos. Además; durante este proceso se desarrollarán habilidades como la motivación, creatividad, solución de problemas, cooperación, sociabilidad, comunicación y negociación”, explicó Marcelo Ortiz, docente de matemática.

El también especialista de Corefo, señala que la gamificación no es solo introducir un juego durante la clase, sino que debe ser una acción dirigida a buscar que el estudiante se involucre en beneficio de su desarrollo con valores y contenidos que se busque potenciar.

Ortiz señala también que existen herramientas digitales para gamificar una clase y que el estudiante de cualquier nivel educativo puede aprender con ellas de manera divertida. Algunas de estas aplicaciones o páginas web son: Wordwall, Flippity, Educaplay, Socrative, Genially, Kahoot, Elever, entre otros.

En ese sentido, Marcelo Ortiz comparte siete consejos para aplicar esta metodología en el aula:

1. Define un objetivo claro.

Establece qué conocimientos o actitudes quieres que tus estudiantes adquieran o practiquen mediante el juego.

2. Transforma el aprendizaje.

Debes plasmar el proceso de aprendizaje tradicional en una propuesta lúdica y divertida.

3. Propón un reto específico.

Al realizar un juego siempre debe existir la pregunta, ¿Qué se desea conseguir? Como docente, debes tener claro el objetivo didáctico del juego, tus estudiantes deben estar al tanto de cuál es el objetivo del juego y qué tienen que hacer para lograrlo.

4. Establece normas del juego.

Las reglas sirven para reforzar el objetivo de la dinámica, pero también evitan que el caos se apodere del desarrollo de la misma, delimitan comportamientos, promueven una competencia limpia y facilitan ciertos acontecimientos o encrucijadas que pueden interesar a los participantes.

5. Crea un sistema de recompensas.

Esto es parte fundamental del juego. Los sistemas de puntuación o premios sirven para darle valor a la adquisición de distintas habilidades.

6. Crea una competición motivante.

Procura evitar el enfrentamiento directo e individual, puedes optar por juegos cooperativos en los que los participantes tendrán que colaborar y aportar de diversas maneras para lograr la recompensa final.

7. Establece niveles de dificultad.

El funcionamiento de un juego se basa en el equilibrio entre la dificultad de un reto y la satisfacción que se obtiene al superarlo.

“Hay que tener claro que la gamificación no es jugar dentro de clase, no quiere decir que vamos a tener aplicaciones de juegos, ese no es el concepto. Las reglas, las dinámicas que están dentro de los videojuegos es lo que se debe implementar dentro de la clase”, finalizó el especialista.

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