Los animales son adiestrados con juegos específicos para que aprendan a recibir órdenes.
Sin duda alguna, el perro es el mejor amigo del hombre; pero de ese grupo, los perros de terapia se llevan mayores reconocimientos, ya que a través de sus caricias, alegría, fidelidad y sensibilidad pueden estimular las capacidades de personas con retraso mental, trastornos del desarrollo, parálisis cerebral, hiperactividad, depresión, síndrome de Down y Alzheimer.
Son empleados en la llamada terapia asistida con animales como herramienta terapéutica en tratamientos psicológicos y físicos, logran una buena relación con el paciente y en algunos casos mejor que con el terapeuta. Esta clase de animalitos son entrenados especialmente para trabajar en una sesión específica, ya sea con niños, jóvenes, adultos o personas de la tercera edad.
También se le conoce como caninoterapia y recientes investigaciones realizadas en México han demostrado que es una técnica alternativa a los tratamientos médicos que ayuda a los pacientes a mejorar hasta en 25% sus capacidades en general, ofreciéndoles un mejor nivel de vida.
No todo perro es apto para realizar una terapia, el proceso de selección de un can para este tipo de trabajo dependerá básicamente de sus cualidades físicas, como tener una estructura ósea fuerte, ser ágil, inteligente, con una gran capacidad para el aprendizaje y demostrar sensibilidad, fidelidad y empatía con la persona con la que trabajará.