La palabra mágica para terminar cualquier pelea
La palabra mágica para terminar cualquier pelea

Las  pueden producir desgastes serios en las . Una nota de '' menciona que para prevenir que lleguemos a tales estados, Hal Runkel, especialista en terapias de pareja y familiares y autor, a su vez, de varios libros sobre dichos temas, dice haber encontrado la palabra mágica capaz de frenar las situaciones de violencia verbal involuntaria que toda pareja tendrá que afrontar en algún instante, por mucha comprensión que haya en su seno. Esa palabra, en lengua española, tiene la ventaja de que consta de dos simples letras y es: ¡ay!

Para Runkel, se trata de una expresión que no se utiliza lo suficiente. Veamos un ejemplo en el que una catástrofe se puede frenar con solo pronunciar un lamento genuino. Pongamos que estás haciendo dieta y tu pareja te reprocha que a pesar de que te quejas tanto por tu peso hoy no has sido capaz ni de hacer el esfuerzo de bajar a tirar la basura. En estos casos basta indicar de una manera tan simple que lo dicho duele: “No sé si querías hacerme daño, no sé si era donde querías llegar, pero es lo que has hecho”.

Una palabra como “¡ay!” forma parte del grupo de las interjecciones. Wikipedia explica muy bien el valor de estas expresiones: “Equivalen a oraciones que expresan un sentimiento vivo (¡ay!), una llamada enérgica (¡eh!) o describen elementalmente una acción (¡zas!, zigzag) sin ser léxica y gramaticalmente organizadas”. Hablar bien no tiene, en muchos casos, nada que ver con cuestiones lingüísticas, sino con saber hacer un buen uso del mejor término en el instante más adecuado.

Un simple “¡ay!”, pronunciado con el tono apropiado, condensa una increíble cantidad de emociones. Para Runkel: “Es un paso para decirle a tu compañero: ‘¿sabes qué? Estoy tan abierto a ti que me me puedes hacer daño. Así que ¿por qué no nos hablamos como si nos amáramos realmente?”

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