Esta leyenda nació en Colombia, para ser exacto en el poblado de Guatavita. Allí, vivía una pareja de caciques. Un día, el cacique encontró a su mujer en pleno coito,el cacique no aguanto la furia y ordenó que todo el pueblo se entere. La humillación no acabo allí, el cacique ordenó que los borrachos canten el pecado y así pase de boca en boca. La mujer no soportó el desprecio del pueblo entero y del propio cacique. Junto a su hijo decidió lanzarse a la laguna de Guatavita, donde murieron ahogados. El cacique no creía lo que había ocasionado su escarmiento y llamó al sacerdote para pedir consejos y que lo exculpé. Todos los día se preguntaba si su decisión había sido la correcta, sin su hijo y esposa perdía de a pocos la cordura.
El sacerdote para recuperar a su cacique le dijo que su esposa y hijo vivían en el fondo de la laguna y una manera de rendirle culto era con ofrendas de oro.El rito debía cumplirse cada año y los indios, también, debían llevar ofrendas, pero debían lanzarla dando la espalda a la laguna.
Por su parte, el cacique cumplía el rito totalmente desnudo cubierto de oro. Él subía a una balsa y navegaba hasta la mitad de la alguna , desde ahí se tiraba para dejar en el agua el oro en polvo de su cuerpo.
Esta leyenda pasó a convertirse en un mito desde que la escuchó el español Sebastián de Belalcázar, quien emprendió la búsqueda del oro en la laguna Guatavita. Desde entonces, los aventureros siguen la ruta que los pobladores le indican y así el mito atrae a más personas. El oro mueve personas.
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