La limpieza es importante como parte de la imagen personal de cada uno y, por supuesto, para eliminar gérmenes y bacterias que pueden dañar nuestra salud. En en el caso de los más pequeños son las madres y padres quienes deben velar por su higiene. Una de las prácticas más comunes del aseo diario es la limpieza de las orejas con la ayuda de hisopos. Sin embargo, esto podría ser perjudicial y causaría la temida otitis.
En la página web del Seguro Social de Salud (EsSalud) se hace hincapié en que la otitis se trata de una enfermedad muy común en niños y adolescentes, especialmente en la estación de verano. Dicho mal se presenta al producirse lesiones en el oído cuando se trata de usar objetos pequeños para limpiar el conducto auditivo. Esto desencadena una infección e inflamación del oído y se manifiesta con un dolor intenso y enrojecimiento.
La Academia Americana de Otorrinolaringología y Cirugía de la Cabeza y el Cuello, citada por El País de España, menciona que las lesiones que dejan los hisopos pueden provocar desde pequeñas dislocaciones en los finos huesos del oído hasta cortes, erosiones de la piel y, en el peor de los casos, la perforación del tímpano. A esto se suma que las infecciones recurrentes por una limpieza incorrecta pueden desembocar, a largo plazo, en hipoacusia o pérdida de audición.
Y es que pocos sabemos que la cera del oído protege el canal auditivo y el tímpano. Se trata de un sistema de defensa natural para impedir que ingresen gérmenes e, incluso, insectos. La sobrelimpieza puede provocar que la cera y las partículas se acumulen en interior, por eso los especialistas recomiendan retirarla solo cuando haya cantidades excesivas o genere molestias como picazón. En el caso de los niños es mejor acudir al pediatra para evitar cualquier complicación.
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