Los 7 errores más comunes al mandar un email de trabajo
Los 7 errores más comunes al mandar un email de trabajo

Escribir un  puede parecer una de las tareas más triviales que puedas imaginar. Sin embargo, si es que no  y redactas de forma correcta el correo podrías generar una mala impresión entre quienes sean los destinatarios del mismo.

No porque no mantengas una conversación cara a cara la comunicación debe perder seriedad o rigurosidad, todo lo contrario. Ese mensaje es el único punto de referencia que van a tener las personas que lo reciban para calificarte y conocer tu forma de trabajar. Mira estos al enviar un email de trabajo.

1. Olvidar el saludo o la despedida. Los expertos en etiquetas de correos aseguran que un email sin saludo resulta lacónico y exigente, dos enemigos de los negocios. Algo similar ocurre con el cierre, que no debe ser excesivamente pomposo pero sí que muestre un cierto respeto por el receptor.

2. Excederse en formalismos. Es cierto que es un asunto de negocios y requiere la máxima profesionalidad, pero caer en la tentación de plagiar el correo con tecnicismo y formalismos puede alejar al receptor en vez de acercarlo. Nadie quiere trabajar con un pedante.

3. Ignorar los detalles. No cuidar los signos ortográficos es, probablemente, sinónimo de echar una carrera a la carpeta de Eliminados. Para que esto no ocurra hay que revisar los nombres propios y los apellidos, Manuel no es igual que Miguel, los errores tipográficos o de las mayúsculas y minúsculas, entre otros.

4. Excederse en detalles personales. A nadie le importa que no se haya contestado antes al correo por una gripe del niño, un berrinche de la niña y una pelea con la esposa. Todo a la vez. Los asuntos profesionales han de resolverse con la exigencia propia de estos.

5. Usar abreviaturas o emojis. Restan seriedad al contenido y dan una mala imagen de la persona que se encuentra al otro lado de la pantalla.

6. Redundar en preguntas. No sólo por mero protocolo, sino también porque puede generar un caos al ser respondidas de diferente manera.

7. No ser capaz de transmitir un tono. Cambiar el tono del mensaje cuatro veces por cada dos frases genera una sensación de desconcierto en el lector, ya que puede ser interpretado de diferentes maneras.

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