¿Los hombres también tienen suelo pélvico? ¡Despejamos tus dudas!

El suelo pélvico no es solo cosa de mujeres. Como en el caso de las mujeres, se trata de un conjunto de músculos y ligamentos que se ubican en la pelvis y que tienen una función de sostén para los órganos que están allí situados, como la vejiga o la uretra.

¿Cómo ubicarla? En pocas palabras, el suelo pélvico es esa zona sobre la que te apoyas cuando estás sentado. Abarca, de adelante a atrás, desde el hueso púbico (encima de la base del pene) hasta el coxis (parte final de la columna vertebral) y, de lado a lado, entre los isquiones, los dos huesos laterales que sientes al sentarte.

¿Para qué sirve? El suelo pélvio cumple tres funciones esenciales: controla la continencia urinaria y anal, sirve de soporte para los órganos pélvicos (vejiga y recto) y participa en la función sexual, cumpliendo un importante rol en la erección y en la eyaculación.

Asimismo, un suelo pélvico debilitado puede significar problemas urinarios y de próstata. Por eso, cuando un hombre se somete a una cirugía de próstata, necesita rehabilitar su suelo pélvico mediante ejercicios para volver a controlar su esfínter uretral.

¿Cómo sentir y contraer tu musculatura perineal?

1.- Un método eficaz para localizar, sentir y aprender a contraer los músculos del suelo pélvico consiste en detener la orina la próxima vez que vayas al baño. Este método no debe usarse como ejercicio rehabilitador, sólo como un examen (una vez a la semana como máximo) para comprobar que efectivamente contraes la musculatura correcta.

2.- Otro truco eficaz para localizar correctamente los músculos del suelo pélvico es imaginar que quieres retener un gas. Para ello, tienes que contraer el anillo muscular que rodea el ano, sintiendo cómo aprietas y elevas este orificio hacia el interior de tu cuerpo.

3.- Luego de miccionar, contrae tu suelo pélvico. Con esto conseguirás expulsar el líquido sobrante, si lo hubiera. Esta maniobra puede ser de gran utilidad para comprobar esa posibilidad, así como para mejorar el goteo postmicción.

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