En la actualidad, la concepción de un bebé es cada vez más postergada y, en la mayoría de los casos, esta decisión trae una serie de consecuencias que toda mujer debe tener en cuenta. A continuación, conoce el lado positivo y negativo de la maternidad tardía.
LO MALO
- De acuerdo al especialista en Reproducción Humana de la Clínica de Fertilidad ProCrear, Julio Dueñas, el primer contratiempo se relaciona a lo biológico, puesto que la fertilidad decrece a partir de los 32 años. “La reserva funcional ovárica disminuye cada año”, comenta.
- La concepción natural ya no es igual de eficaz en la base cuatro. Por ello, los tratamientos de reproducción asistida son muy requeridos. “Por ejemplo, si ella tiene 37 o 38 años, la solución es un tratamiento de fecundación in vitro”, detalla.
- En caso que su pareja esté en el mismo rango de edad, la calidad espermática no es igual de buena. “En la sociedad actual, ellos están expuestos a disruptores endocrinos y trabajos sedentarios, una combinación que perjudica la calidad del esperma", explica.
- Otros riesgos médicos son la diabetes gestacional, la preeclamsia (enfermedad impide el crecimiento intrauterino óptimo del bebé), el bajo peso del feto, la prematuridad y las cromosopatías (alteraciones que causan defectos congénitos).
LO BUENO
- Para la psicoterapeuta de Solidaridad Salud, Mariela Walenten, la madurez personal y emocional ya llegó a ellas. "Pese a los prejuicios, estas mujeres tienen una gran determinación que las lleva a iniciar un tratamiento de fertilidad y la posible futura maternidad", indica.
- Según Walenten, la autoestima se incrementa porque el futuro bebé es un reto al que se vuelca en su totalidad. Este mayor empeño se debe a que otros desafíos de sus vidas ya los hayan concretado.
- La estabilidad económica y social es otro factor que en esta etapa de la vida ya se ha conseguido a diferencia de las mujeres más jóvenes. "Es casi seguro que se cuente con unos recursos que con menor edad no se hubieran conseguido", concluye.
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