Marihuana y sexo, ¿una buena combinación?
Marihuana y sexo, ¿una buena combinación?

Los entendidos coinciden en un dato aún poco conocido: la , un estimulante insumo que, pese a los usos medicinales que en ocasiones se le otorga, mantiene su condición de tema tabú en la esfera pública, es la droga más erótica de todas. La droga ilícita más consumida en el mundo, a diferencia de otras drogas como la cocaína, que, se presume, contribuye a la prolongación del  y a estimular la potencia del desempeño masculino, apunta directamente a mejorar la calidad de los encuentros íntimos.

Tal postura es respaldada por Mitch Earliwine, profesor de psicología de la Universidad Estatal de Nueva York, quien, en un artículo de la revista Alternet, citado por el diario , apuntó que “el CB1 es el receptor del cerebro que más acusa las consecuencias de fumar marihuana, y cuando este receptor se activa nos mostramos más predispuestos al sexo. Una de las misiones del CB1 es mejorar las sensaciones táctiles y la euforia en general”. Es decir, uno de los resultados de la marihuana es incentivar la acción de la CB1, y la consecuencia de esto es la exacerbación de las sensaciones del cuerpo.

Para nadie es secreto que la ansiedad es uno de los mayores obstáculos para una buena sesión amatoria. El hecho es tan contundente que se vuelve casi innecesario citar cualquier artículo académico:, eyaculación precoz o escasa lubricación vaginal son algunos de los efectos que una indeseable dosis de ansiedad ha podido dejar en la mayoría de personas en algún momento y por diversos motivos.

Sobre esto, la revista Medical Daily aporta un dato a considerar: en moderadas dosis, el cannabis lleva a un estado de calma y relajo “asociado a una reducción del nivel de ansiedad”. De manera más explícita, Francisca Molero, directora del Instituto Clínico de Sexología de Barcelona, sostiene que, en forma similar al alcohol, una pequeña dosis de marihuana puede actuar como un desinhibidor, lo que, según testimonio de muchas mejores, favorece el disfrute del sexo a plenitud y la obtención del tan buscado orgasmo. 

Sin embargo, es necesario tener en cuenta que el abuso del cannabis casi siempre trae consecuencias. Una de ellas puede ser la anulación de casi todos los beneficios antes enumerados, y algunos otros más. Para resumir algunas, basta un dato: el efecto parecido a un estado de trance de la  en exceso “puede hacer que el sexo normal, sin esas amplificadas sensaciones, pueda llegar a parecernos algo descafeinado, soso, sin interés ni calidad”.

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