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¿Bajo rendimiento académico, dolores de cabeza, agresividad o depresión? Estos pueden ser los síntomas de un niño estresado. Es común que muchos padres piensen que el estrés es un mal propio de los adultos y la consecuencia de la presión del mundo laboral, pero la vida de los niños también puede verse afectada por el estrés.

Algunas de las causas de que los niños se estresen pueden ser la falta de atención, el aislamiento, la falta de cariño y la separación de sus padres. Estos factores pueden desencadenar cambios a nivel psicológico, físico y emocional, los cuales coinciden con la definición del estrés en español: “tensión provocada por situaciones agobiantes que originan reacciones psicosomáticas o trastornos psicológicos, a veces graves”.

Un ejemplo de las consecuencias en el aspecto físico es el debilitamiento del sistema inmunológico, lo cual, dependiendo del nivel de estrés, puede tener consecuencias que afecten a la salud de los niños por el resto de sus vidas.

Por ello, es conveniente que busque soluciones cada vez que sospeche de un posible cuadro de estrés, siendo una de ellas (y la ideal), que busque la ayuda profesional de un psicólogo. Y aunque esto pueda parecer excesivo para muchas personas, es conveniente que recuerde que si los adultos son afectados por el estrés, los niños son aún más vulnerables debido a que se encuentran en plena etapa de formación.

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