Obesidad infantil: un problema de peso

Tradicionalmente, la gordura se ha asociado con el bienestar económico, con la opulencia. Se le ha visto como un mal de países ricos, pero la realidad es otra. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), hay 42 millones de niños con sobrepeso en el mundo. De esa cantidad, unos 35 millones viven en países en vías de desarrollo. Y es que más allá de la desnutrición, el verdadero problema en naciones como la nuestra es la malnutrición.

“El exceso de comida no es bueno”, comenta la nutricionista Eslovenia Ulloa. De acuerdo con ella, consumir demasiados alimentos tiene un rol contraproducente para la salud. Además, hay que tener en cuenta que muchos niños ingieren regularmente productos envasados como golosinas o bebidas gaseosas, los cuales “contienen muchos preservantes, grasas y sodio, elementos que solo enferman a la persona”, agrega la especialista.

Ante esto, parece evidente que una dieta rica en alimentos naturales puede ser la solución. Sin embargo, la cosa no queda ahí. Otro factor que contribuye al sobrepeso es el sedentarismo. Muchos niños prefieren juegar Fifa en Play Station a patear una pelota de verdad.

“Los niños no pueden estar sentados todo el día, necesitan actividad física. No me refiero a una rutina de ejercicios, sino a practicar deportes o juegos al aire libre”, señala Ulloa, pues la causa fundamental de la obesidad infantil -según la OMS- es “el desequilibrio entre la ingesta calórica y el gasto calórico”. Es decir, los niños consumen más energías de las que gastan.

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