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Ese periodo de tranquilidad y diversión que deberían de ser las para los niños, se puede convertir en un momento muy estresante para los padres que se han divorciado. 

Quienes ya han acordado un régimen de visitas están acostumbrados a tener que compartir a los por algunos fines de semana. Pero en las vacaciones estas ausencias de los hijos se prolongan a varios días e incluso semanas.

Lo aconsejable en estos casos es turnarse la presencia del menor por espacios cortos de tiempo para que el niño no se desoriente ni deje de ver por demasiado tiempo a ninguno de sus padres.

Los que no se debe hacer

No se vale hacer un drama porque el niño se vaya a pasar unos días con su padre o su madre. Tampoco es bueno llamar insistentemente a los porque se puede generar un sentimiento de angustia muy perjudicial que no le dejará disfrutar de sus vacaciones.

Eso no quiere decir que el hijo no pueda llamar a su madre o su padre si así lo quiere. En general, es vital mantener un acuerdo mutuo en aspectos como la educación, las visitas médicas, los horarios de alimentación y las salidas. Trata de tener estos acuerdos por escrito y no utilizar al niño de mensajero y todo te irá bien.  

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