En realidad, eso de la pareja sexual ideal es relativo. Varía de persona en persona y en función de los gustos personales. Cada hombre y mujer tiene en su cabeza una serie de rasgos que identifica en otra persona y que son capaces de excitarlo o excitarla. Para él, la compañera perfecta puede ser alta o baja, voluptuosa o físicamente normal, joven o entrada en años, brillante o no muy inteligente. Lo que importa, al fin y al cabo, es que lo satisfaga sexualmente. ¿Cómo logra eso? Pues, más allá de preferencias muy particulares y ciertos fetiches, la mayoría de hombres considera que las siguientes características son importantes:
- Es atractiva. No tiene que ser una modelo, simplemente poseer alguna cualidad que él considere un ícono de belleza. A veces basta con una cara bonita, una mirada sexy, un buen trasero, senos pequeños o grandes, piernas largas...
- Huele bien. El olfato juega un papel fundamental en el juego de la atracción física. Pocos hombres consideran placentero tener sexo con una mujer cuyo olor no les resulta agradable. Esto, evidentemente, está relacionado con la higiene y el cuidado personal. Una piel suave, limpia y que emane un aroma dulce es un punto a favor.
- Gusta del sexo oral. Más que recibirlo, hacerlo. Sí, la mayoría prefiere obtener placer a darlo ¿o acaso tú no? Pero, ella no debe realizar el sexo oral como quien lava la ropa o los platos. Tiene que poner su atención en ello y esforzarse, mirar a su galán a los ojos y enfocarse en complacerlo. La buena compañera además sabe alguno que otro truco para incrementar la sensación de agrado que él experimenta. De igual manera, el ritmo y la fuerza que emplea son los adecuados.
- Está abierta a nuevas aventuras. Dice a sí a todo aquello que él quiere experimentar, sin reclamos mojigatos ni escandalizarse por las puras. Obviamente está dispuesta a aprender y a complacer.